Cuando escuchamos la palabra marcapasos, muchos piensan en una persona mayor. Lo que pocos saben es que también los jóvenes podemos necesitarlo. Yo tenía 38 cuando mi corazón colapsó. Llegué a urgencias con apenas 28 latidos por minuto y esa noche cambió mi vida.
En esta parte quiero compartir cómo fue el inicio de mi camino con un marcapasos a una edad temprana.
¿Qué es un marcapasos y por qué lo necesitaba?
El corazón tiene un “sistema eléctrico” que marca el ritmo de los latidos. En mi caso, sufría de bradicardia: mi corazón iba tan lento que ponía en riesgo mi vida. El marcapasos es un pequeño dispositivo que se coloca bajo la piel y envía impulsos eléctricos para mantener el ritmo estable. Es, literalmente, un salvavidas.
La urgencia: cuando mi corazón bajó a 28 latidos
Fue un martes por la mañana, fui con una amiga (el primer ángel de ese día) que es médico (me estaba poniendo ozono cada semana) y me dijo: deja te pongo el oxímetro para ver como andas… frecuencia de 42 y me dijo que necesitaba ir a que me revisara un cardiólogo, yo dije: ok, la próxima semana igual y saco una cita… Seguimos con todo y ya cuando me iba me dijo que me iba a prestar su oxímetro para que me estuviera checando la frecuencia y me fui. Todo el día estuve con esa frecuencia pero yo no me sentía mal… Pero como a las 7 pm de repente sentí un cansancio extremo y me senté (ya estaba en mi casa),… 37 latidos por minutos… le escribí por WhatsApp y me dijo que me recostara y que tuviera mucho cuidado, que si me seguía sintiendo mal me fuera a urgencias… ok, me recosté, mi esposo me decía y me decía que nos fuéramos a urgencias pero yo decía “urgencias”???, esto no es una urgencia, para mí urgencia era sangre, huesos, no esto! Pero nunca olvidaré esa sensación: mareo, cansancio extremo, falta de aire y un dolor en la boca del estómago. Mi esposo (mi ángel) me llevó a urgencias suponiendo que me estaba infartando porque casualmente hacía unos meses su amigo se estaba infartando en carretera y él estaba con él, así que tenía los síntomas. Total que cuando vamos en el carro yo me quería vomitar (creí que era el estómago y que a lo mejor si necesitaba medicamento), todo el camino yo quería vomitar.
Llegamos al hospital, confirmaron que mi corazón estaba demasiado lento y no me dejaron salir, eran 28 latidos por minuto y presión peligrosamente baja. Yo estaba muy preocupada por mi bebé, tenía 10 meses y se lo tuvo que llevar mi cuñado y mi concuña en lo que me atendían pero fueron primero 4 días hospitalizada en lo que me hacían todo (análisis de sangre, holter, ecocardiograma y ver si con potasio mi corazón reaccionaba pero nada). Mi cardiólogo me dijo que lo último era que tenía que hacerme una prueba de esfuerzo en su consultorio (en el hospital al que había llegado no tenían), yo, ok. Pero nos dice que tienen que llevarme en ambulancia.. (yo: qué??? No, me voy en el coche, no voy a pagar ambulancia!!!), pero no, me tenían que trasladar en ambulancia (no sabíamos lo que el dr ya temía y no iba a arriesgarse)… Esto ya fue el viernes en la mañana, llegan los paramédicos, va también el médico de urgencias (que me salvó la vida, otro ángel) y vamos al hospital donde tiene su consultorio mi cardiólogo… Llegamos y está otro cardiólogo con él (ya se me hizo raro, yo decía: porqué tanto médico???). Preparan todo, me conectan todo, me explican todo y empiezo… Mi cardiólogo no dejaba de ver el monitor… Empezando la etapa 2 el dr detiene la prueba de esfuerzo… El médico fue claro: “Necesitas un marcapasos de inmediato”. Ese momento, entre miedo e incredulidad, marcó el inicio de una nueva etapa en mi vida.
Nunca se me va a olvidar!!!
Yo: qué??? No!!! Yo no estoy mal de corazón le decía…
Me dijo, hay un bloqueo y también necesitamos hacer un cateterismo para ver en donde es…
Yo: No, yo estoy prefecta de salud, le dije que hacía yoga, estaba delgada, perfecta de análisis de laboratorio. Pero los datos habían arrojado otra cosa, fue una sensación horrible…
Y para terminar, mi dr nos dijo: si ese día te hubieras quedado dormida, no hubieras despertado, los latidos van bajando hasta que para. Pfffff!!!!!
Les seguiré platicando después tooodo poco a poco
Lo que nadie te cuenta
– El marcapasos no significa “vida limitada” (aunque algunas veces sí, que es mi caso y que te seguiré platicando): se puede trabajar, amar, reír y hasta soñar más fuerte.
– Sí, hay que cambiarlo cada ciertos años (en mi caso serán 9), y ese costo puede ser una preocupación, pero es un recordatorio de lo valiosa que es la vida.
– También hay miedos: “¿funcionará siempre?”, “¿qué pasará en la siguiente cirugía?”. Y es válido sentirlos.
Mensaje final
La vida puede cambiar en un segundo…